Por Politico.mx
Alguien no quiere ver la extinción lenta pero inexorable en el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Al paso de los días luego de la elección del 1 de julio, y sin ser catastrofistas, la debacle se confirma con un dato revelador: se perdió el registro en 10 estados al no alcanzar la votación requerida. Las implicaciones no solo tienen que ver con posiciones en congresos locales o de tipo financiero; habrá que plantearse laviabilidad como partido nacional a corto y mediano plazo.
Después de la jornada electoral del primero domingo del mes julio, siete de nueve partidos políticos nacionales perdieron el registro local en un importante número de entidades; los más afectados Encuentro Social, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y el PRD.
El sol azteca “se extinguió” en Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa y Sonora. Desde hace años se sabía que su presencia era mínima o casi nula entre el Bajío y el norte; esto tuvo sus efectos claros en las campañas donde Andrés Manuel López Obrador fue su candidato presidencial, pero en este 2018 el tabasqueño reforzó su presencia y creó estructuras en buena parte de esas entidades, lo que fue clave en su triunfo
Primero las implicaciones políticas. Al no tener registro oficial en cada una de las entidades, al PRD no se le asignarán legisladores plurinominales en los congresos estatales y tampoco podrá participar en los próximos comicios locales; por lo mismo es posible que no haya cuadros ni militantes para realizar asambleas que permitan establecer el camino para volver a ser “partido legal”.
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Luego está lo económico, “el oxígeno” para las fuerzas políticas. Con la pérdida de registro no tendrá derecho a recibir prerrogativas: dejará de percibir, en cada estado, entre 7 y 10 millones de pesos anuales. Esto tendrá que sumarse a lo que seguramente enfrentará como merma en sus percepciones a nivel federal como virtual cuarta fuerza política y con una votación federal de alrededor del 5 por ciento.
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En este escenario hay que valorar en serio las consideraciones del presidente nacional, Manuel Granados, al advertir que son necesarios los análisis a fondo, una reconciliación social y un “corte de caja” en el partido; no se descarta como solución radical que el PRD no conserve su nombre y siglas.
Al buscar ganancias entre todo lo perdido, Granados apuesta a que buena parte de las agendas progresistas que se manejen en la próxima legislatura son originarias del partido; lo que columnistas y expertos señalan es que en el actual momento políticoes otra fuerza quien las enarbola y saca provecho de ellas. Sin duda es parte del replanteamiento absoluto que requiere hacer una fuerza electoral en pleno desplomecomo hoy en día es el PRD.
